Plugo a Dios darnos por exemplo al ilustre Iñigo, más conocido como santo Ignacio, capitán de la compañía de Jesús. Plugo al Espíritu Santo moverle a escribir sin ser inspiratus y así nos legó sus exercicios espiritales a los cristianos. De ellos destaca la meditación de las banderas, que nuestro santo, no por ser parco tanto como teólogo en número de dos aserta.
Es conocido a todos que de Satán y Cristo el campo se divide y allí el soldado cristiano atiende a que bandera servir en la milicia que es esta vida sobre la tierra como dice el Santo Job. Pero es desconocido al novicio de esta respública netcatólica que si en ella se adentra la teología desaparece para alzarnos a la vista múltiples banderas y huestes. Misterio es este de como un campo dividido en dos por el Señor de los Exercitos lo dividen los hombres en múltiples coronelías que como mercenarias actúan moviéndose como la caballería. Más misterio que la casa en la que vuesa merced entra se pueda mantener con tanta membresía que en dividendos pone a tantas banderías que envidia darían a las mesmísimas galeras abandoleradas de la morería.
|
Así de porquería acaba tanta bandería |
Y así entra voace a un infierno desatado, donde los arcabuzasos ora le hacen mirar a un lado cuando empieza por detrás a ser estoqueado. Y si en buena lid a la salvasea parte atiende, puñales y misericordias le meterán por los ambos lados, mientras una mina excarban como gusanos do sepultarle y darle por destrozado. Así son todos estos mercenarios que de ambición viven y pretenden dominar lo vano bailando sus banderas al son de los que ellos crean como hermanos.
No debe el novicio asombrarse, ni pensar que más que hombres sean miserables gusanos estos sus hermanos. Es simplemente que en aquestos días así son los nuevos cristianos. Un reducto de la Santa Madre Iglesia que en batalla tiene el acies mareado y en la confusión entra el enemigo y de tantas capas esplendorosas, y aún hasta rojas, hace un sayo. Cuide vuesa merced de que no le atraigan a tal lado y evite las confusiones con las alas de los bienaventurados. Así no sean ya gallinácea caballería sino aquílifera compañía que se eleva sobre el fuego hasta alzarse a su capitanía, que no es otra sino la de Cristo, que estos mercenarios ya no servían.
De los nombres de las banderías muchos hay. Sacros y profanos, bestiales y otros más humanos y paces no quieren hacer porque son todos de muy mal ver. Y aunque como me enseñó la Santa Romana Ecclesia que cristiano tengo de nombre y católico de apellido estos se llaman unos a otros de los modos más supinos y con el espíritu más asino. Aprenda vuesa merced, maese novicio, que ellos le dirán carca, progre, lefebvrista, opusino, carismático o kiko y no contentos le añadirán tradicionalista, moderado, liberal, facha, izquierdista, modernista o aún algo más porcino, pues hasta con el clásico judaizante le empaquetarán de herexe, infiel, nóstico, apóstata o simple viandante.
Cabe un nombre más a confusión que por ser propio y dedicado dejo para otra ocasión y es que por si en duendes y demonios no se espantan, troles les dirán estos mantas.
En fin, bergantes son todos que Babel reviven pues quisieron constituirse en imperio olvidando al único que es bueno y así les pasó que acabarón en bavia y en Babylon.
Cuídese de ello mi estimado novicio y haga como dijo aquel santo confesor jesuita itaIesu a Santa Teresa para salir de su confusión. Rexe a diario el Veni Creator Spiritus y espere que se le conceda gracia, que estos niegan todos con tanta desgracia como pasa hoy por hoy en tantas casas. Dios mediante le parecerán sucias y descoloridas las banderas, alzándose solo las más bella a la que voace es obligación que se adhiera.
Esta entrada es acabada y las banderas enseñadas.